La Calle Solferino – II


    “Era en Argentina donde vi un vidente. Me dijo que veía un violín en mi espalda. Pero ¿qué quiere decir eso?” pregunté yo.
    “No sé. ¿Ese violín podría ser tu ángel custodio?”
    Dijo Masa.
    “Mi novia actual es el violín. Mientras estoy trabajando, me hago ilusiones como si los instrumentos estuviesen vivos.”
    “Parece como Pigmalión. Que Afrodita escuche tu plegaria.”
    “A propósito, ¿ustedes saben acerca del origen del violín?”
    Nos preguntó Chinoken, pero Masa y yo pensábamos que fuese una reforma de los instrumentos antiguos.
    “Hasta el siglo XIX se creía que era una reforma de la viola pero ahora dicen que el violín apareció como un instrumento completo a principios del siglo XVI. Eso es lo que dijo Dolmetsch, un investigador inglés de los instrumentos antiguos.”
    “Ah, no lo sabía,” dije yo.
    “Pero aún ahora, está envuelto en misterio quién produció el primer violín.”
    “¿No fue alguien de Cremona?”
    A la pregunta de Masa, Chinoken contestó que eso era nada más que una opinión de algunos y nadie sabía la verdad. De repente apareció Nicolino vestido con la camisa azul y pantalón blanco de algodón.  
    “¡Hola a todos! Perdón por llegar tarde.”
    Su voz alegre y penetrante aclaró el ambiente. Nicolino y Masa eran amigos de yoga y con Chinoken, amigos de universidad.
    “Ten, esto es un regalo para tu bautismo.”
    Le di un juego para hacer el mate que había conseguido en Argentina. Mientras los tres hablaban sobre el mate mirando el papel de instrucciones, me acordaba de hace unos años cuando había conocido a Nicolino por primera vez. Me había contado sobre su extraña experiencia con la ‘Madonnina del Duomo’, o sea la imagen de María y era justo en esa época en el que él empezó a tomar conciencia del bautismo.
    “¿Puedes contar a todos esa historia de la Madonnina?”
    “¿Ah, la de la Madonnina? Por supuesto. Fue en 2002. En la calle cerca de la Catedral encontré un trípode bastante grande. Estaba tirado en el suelo. Yo lo agarré y sin pensar en nada seguí caminando tranquilamente. Cuando llegué a la plaza del Duomo ahí me di cuenta que la luna llena estaba justo detrás de la estatua de la Madonnina como si fuera una aureola. Me quedé encantado por un tiempo y mientras tanto las nubes que la rodeaban comenzaron a moverse. Quizás el aura de ella de alguna manera estaba controlando el movimiento de las nubes. De repente reaccioné espontáneamente como un fotógrafo. Ya tenía la cámara con el teleobjetivo y la película de alta sensibilidad puesta porque en esa semana estaba trabajando para las colecciones de Milán. Pero para sacar las fotos de noche con una baja intensidad de luz, hay que disparar lentamente. Sería tipo un octavo de segundo o más de la velocidad de obturación. Poniendo el teleobjetivo las fotos van a salir movidas con esa velocidad y por ahí se necesita usar un trípode. Esos días no lo llevaba al desfile de moda porque no era necesario. Pero cuando quería sacar las fotos de la Madonnina ya tenía listo uno en mi mano.
    “Sí. Todo pasó como si estuviese previsto, ¿verdad?”, dije yo.
    “Lo desplegué a toda prisa y puse la cámara en cima. Por el visor se veía el objeto con  una energía extraordinaria. El claro de la luna llena se amplificó en un abrir y cerrar de ojos reflejándose en las nubes y ahí creció una forma redonda alrededor del aura de la estatua. Sosteniendo el corazón que me latía rápidamente apreté el diaparador con ahínco. Fue nada más que un espectáculo de unos minutos pero cuando todo terminó, me sentí satisfecho, o sea, estaba lleno de sensación de felicidad."
    “Parece que eso tuvo necesariamente que ocurrir,” dije yo.
    “La luna llena y la Madonnina es una combinación perfecta. Ah, ya veo la silueta de un violín perfecto en la luna llena.”
    Empezó a sonar la fantasía de Chinoken.
    “Nicolino, muéstrame la foto por favor.”
    Unos meses más tarde, se celebró una exposición fotográfica de Nicolino en una galería de Milán. El nombre de la exposición era ‘Milán de invierno’ y expuso también esa fotografía.
    “Pero hay muchas personas que dicen que esta imagen es un fotomontaje.”
    “Puede ser pero por más que se lo explique a la gente que no lo crea, es inútil. Quién ve, ve y quién no ve, no ve. Este mundo es así.”
    Todos nosotros compartimos la opinión de Masa.